La diferencia entre temperamento, carácter y personalidad

A veces nos confundimos con estos conceptos y la verdad es que nadie nos explica bien la diferencia entre ellos. Pero te aseguro que hoy tendrás resuelto este acertijo.

Estos tres elementos clave juegan papeles cruciales en la formación de nuestra identidad (según la psicología moderna): el temperamento, el carácter y la personalidad.

¿Sabes distinguirlos?

A menudo utilizados de manera intercambiable en el lenguaje cotidiano, estos términos, sin embargo, representan conceptos distintos en la psicología. Comprender la diferencia entre ellos no solo enriquece nuestro autoconocimiento sino que también mejora nuestra capacidad para entender a los demás.

Existen tres conceptos que a menudo se confunden: temperamento, carácter y personalidad. Si bien están relacionados, cada uno tiene un significado y una función distintiva.

¿Qué es el temperamento?

El temperamento puede ser concebido como el conjunto de características emocionales y comportamentales innatas que forman la base de nuestra personalidad. Se trata de las predisposiciones que traemos al nacer, aquellas que delinean nuestra manera instintiva de interactuar con nuestro entorno y con nosotros mismos.

El temperamento es como la primera melodía que toca una persona al nacer, una especie de música interna que guía sus primeros pasos en el baile de la vida.

Es esa parte de nosotros que dicta si lloramos con facilidad ante una película conmovedora o si nos lanzamos con entusiasmo a aventuras sin pensarlo dos veces.

No es algo que elegimos; es un regalo, o en ocasiones un desafío, tejido en nuestro ADN. Imagina a los bebés: algunos son sosegados y sonríen fácilmente, mientras que otros parecen llevar un pequeño motor de impaciencia y energía. Eso es el temperamento, las notas iniciales que con el tiempo se convertirán en la sinfonía completa de quiénes somos.

A diferencia de aspectos de nuestra personalidad que podemos modificar con el tiempo, el temperamento es visto como un elemento relativamente constante a lo largo de la vida.

No obstante, aunque es menos susceptible a cambios por medio de la experiencia o la voluntad consciente, el temperamento puede interactuar con el entorno social y las experiencias de vida de maneras que moldean su expresión.

Esta interacción compleja entre la base temperamental innata y los factores externos puede influir en el desarrollo del carácter y la personalidad, determinando en gran medida cómo cada individuo se adapta y responde a las situaciones cotidianas y a los desafíos de la vida.

TEMPERAMENTO

El temperamento se refiere a las diferencias individuales en los patrones emocionales y de comportamiento que son relativamente estables a lo largo del tiempo. Algunos aspectos clave sobre el temperamento:

  • Tiene un fuerte componente biológico/genético, aunque también puede ser influenciado por el ambiente y la experiencia.
  • Se empieza a manifestar desde la infancia temprana.
  • Influye en cómo respondemos emocionalmente a los eventos, nuestro nivel de actividad, nuestra capacidad de atención, etc.
  • Existen distintos modelos que clasifican los tipos de temperamento, como por ejemplo el modelo de los «nueve temperamentos» de Chess y Thomas.
  • Algunos rasgos comunes de temperamento son la extroversión/introversión, la reactividad emocional, la sociabilidad, la timidez, la flexibilidad, etc.
  • El temperamento interactúa con otros factores como la personalidad, la inteligencia y el ambiente para moldear el comportamiento humano.
  • Entender los temperamentos puede ayudar a comprender mejor las diferencias individuales y a fomentar relaciones interpersonales más armoniosas.
  • Ser innato: El temperamento está presente desde el nacimiento y no se puede cambiar significativamente a lo largo de la vida.
  • Tener una base biológica: Se cree que el temperamento está influenciado por factores genéticos, hormonales y neurológicos.
  • Manifestarse en patrones de comportamiento: Las personas con diferentes temperamentos pueden tener diferentes niveles de actividad, sensibilidad, sociabilidad y emocionalidad.

Ejemplos de tipos de temperamento

Sanguíneo

  • Persona: Ana es una chica extrovertida y sociable. Le encanta hablar con la gente, hacer nuevos amigos y participar en actividades sociales. Siempre está alegre y llena de energía, y contagia su entusiasmo a los demás.
  • Ejemplos: Ana organiza una fiesta sorpresa para sus amigos, se ofrece a ayudar a un vecino que lo necesita, o anima a un amigo que está pasando por un momento difícil.

Colérico:

  • Persona: Marcos es un hombre ambicioso y decidido. Tiene una fuerte voluntad y siempre busca alcanzar sus objetivos. Es un líder natural y le gusta tomar el control de las situaciones.
  • Ejemplos: Marcos dirige un equipo de trabajo con éxito, negocia un contrato importante para su empresa o defiende sus ideas con pasión en una reunión.

Melancólico:

  • Persona: Sofía es una mujer introvertida y sensible. Es profunda y reflexiva, y le gusta analizar las cosas en detalle. Tiene una gran capacidad de empatía y se preocupa por los demás.
  • Ejemplos: Sofía escribe un poema sobre sus emociones, crea una obra de arte que expresa su visión del mundo, o escucha atentamente a un amigo que necesita desahogarse.

Flemático:

  • Persona: Pablo es un hombre tranquilo y pacífico. Es paciente y sereno, y no se altera fácilmente. Es muy observador y analítico, y le gusta tomar decisiones con calma.
  • Ejemplos: Pablo medita para relajarse y encontrar paz interior, lee un libro sobre un tema que le interesa, o disfruta de la naturaleza en silencio.

Es importante recordar que estos son solo ejemplos y que no hay dos personas exactamente iguales. Incluso dentro de un mismo tipo de temperamento, puede haber una gran variedad de características y comportamientos.

Además, los tipos de temperamento no son fijos e inmutables. A lo largo de la vida, podemos aprender a desarrollar nuestras fortalezas y a trabajar en nuestras debilidades, lo que puede influir en nuestro temperamento.

Los tipos de temperamento pueden ser una herramienta útil para comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás. Al conocer nuestro propio temperamento, podemos aprender a interactuar con los demás de una manera más efectiva y a construir relaciones más positivas.

¿Qué es el carácter?

El carácter se refiere a las cualidades y valores que una persona adquiere a lo largo de su vida. Se forma a través de la interacción con el entorno, la educación, las experiencias y las relaciones sociales. El carácter se caracteriza por:

  • Ser aprendido: El carácter se moldea a través de las experiencias y el aprendizaje.
  • Ser moldeable: El carácter puede cambiar y desarrollarse a lo largo de la vida.
  • Incluir valores y principios: El carácter refleja la moral y las creencias de una persona.

Ejemplos de rasgos de carácter

Positivos:

  • Amable: Ser considerado, educado y servicial con los demás.
  • Honesto: Ser sincero, veraz y transparente en las palabras y acciones.
  • Responsable: Cumplir con las obligaciones y compromisos.
  • Paciente: Ser tolerante y calmado ante situaciones difíciles.
  • Optimista: Tener una actitud positiva y esperanzadora ante la vida.
  • Valiente: Enfrentar los desafíos y defender lo que se cree.
  • Generoso: Compartir con los demás sin esperar nada a cambio.
  • Leal: Ser fiel y comprometido con las personas y las ideas.
  • Empático: Ser capaz de comprender y compartir los sentimientos de los demás.
  • Creativo: Ser original e ingenioso para encontrar soluciones y generar ideas.

Negativos:

  • Egoísta: Pensar solo en uno mismo y no tener en cuenta las necesidades de los demás.
  • Mentiroso: Engañar a los demás con palabras o acciones.
  • Irresponsable: No cumplir con las obligaciones o compromisos.
  • Impaciente: Ser irritable y no tolerar la espera.
  • Pesimista: Tener una actitud negativa y desmoralizadora ante la vida.
  • Cobarde: Evitar los desafíos y no defender lo que se cree.
  • Tacaño: Ser reacio a compartir con los demás.
  • Traicionero: No ser fiel o comprometido con las personas o las ideas.
  • Apatático: No tener interés o entusiasmo por nada.
  • Destructivo: Ser propenso a causar daño o a destruir cosas.

Es importante recordar que todos tenemos una mezcla de rasgos de carácter, tanto positivos como negativos. Lo importante es ser conscientes de nuestros propios rasgos y trabajar en desarrollar los positivos y minimizar los negativos.

Los rasgos de carácter pueden influir en nuestras relaciones, nuestro trabajo y nuestra salud mental. Al desarrollar nuestros mejores rasgos, podemos mejorar nuestras vidas y las de las personas que nos rodean.

También es importante tener en cuenta que los rasgos de carácter no son fijos e inmutables. A lo largo de la vida, podemos aprender a desarrollar nuevos rasgos y a cambiar aquellos que no nos gustan.

¿Qué es la personalidad?

La personalidad es la combinación única de características, pensamientos, sentimientos y comportamientos que definen a una persona. Es la integración del temperamento y el carácter, y se manifiesta en la forma en que la persona interactúa con el mundo. La personalidad se caracteriza por:

  • Ser única: Cada persona tiene una personalidad única e irrepetible.
  • Ser compleja: La personalidad es una combinación de muchos factores diferentes.
  • Ser relativamente estable: La personalidad tiende a ser estable a lo largo del tiempo, pero puede cambiar en respuesta a eventos importantes o experiencias significativas.

Ejemplos de tipos de personalidad

Los tipos de personalidad pueden ser descritos de muchas maneras, dependiendo del marco o teoría psicológica utilizada. Uno de los sistemas más conocidos es el Modelo de los Cinco Grandes, también conocido como el modelo «OCEAN». Según este modelo, la personalidad se describe a través de cinco dimensiones principales:

  1. Apertura a la experiencia: Esta dimensión mide la curiosidad, la creatividad, la apertura a nuevas experiencias y el aprecio por el arte y la belleza. Las personas con alta apertura suelen ser imaginativas, curiosas y abiertas a nuevas ideas, mientras que las de baja apertura pueden ser más convencionales y menos interesadas en el cambio.
  2. Responsabilidad (Conciencia): Se refiere a la organización, la persistencia, el control de impulsos y la orientación hacia metas. Las personas con alta responsabilidad suelen ser confiables, disciplinadas y bien organizadas, mientras que las de baja responsabilidad pueden ser más descuidadas y menos enfocadas en los detalles.
  3. Extraversión: Esta dimensión mide la sociabilidad, la asertividad, la energía y la búsqueda de estimulación en la compañía de otros. Las personas extrovertidas suelen ser enérgicas, habladoras y asertivas, mientras que las introvertidas pueden ser más reservadas y disfrutar de pasar tiempo solas.
  4. Amabilidad (Agradabilidad): Incluye la cooperación, la compasión y la confianza hacia los demás. Las personas con alta amabilidad suelen ser compasivas, amigables y cooperativas, mientras que las de baja amabilidad pueden ser más competitivas y menos comprensivas con los demás.
  5. Neuroticismo (Inestabilidad emocional): Mide la tendencia a experimentar emociones negativas, como la ansiedad, la ira o la depresión. Las personas con alto neuroticismo pueden ser más propensas a sentirse inseguras, ansiosas y de humor cambiante, mientras que las de bajo neuroticismo tienden a ser más estables y emocionalmente resistentes.

Otro modelo ampliamente reconocido es el Indicador de Tipo Myers-Briggs (MBTI), que clasifica a las personas en 16 tipos de personalidad diferentes, basados en cuatro dimensiones: Introvertido/Extravertido, Sensitivo/Intuitivo, Pensante/Sentimental y Juzgador/Perceptivo.

Myers-Briggs Type Indicator (MBTI):

  • ISTJ: Introvertido, Sensorial, Pensador, Juzgador. Son personas prácticas, organizadas y responsables. Prefieren trabajar en tareas concretas y seguir instrucciones.
  • ISFJ: Introvertido, Sensorial, Sentimental, Juzgador. Son personas amables, sensibles y atentas a las necesidades de los demás. Disfrutan cuidando de otros y creando un ambiente armonioso.
  • INFJ: Introvertido, Intuitivo, Sentimental, Juzgador. Son personas creativas, idealistas y compasivas. Se preocupan por el bienestar de la humanidad y buscan contribuir a un mundo mejor.
  • INTJ: Introvertido, Intuitivo, Pensador, Juzgador. Son personas independientes, analíticas y estratégicas. Disfrutan de resolver problemas complejos y encontrar soluciones innovadoras.

Eneagrama:

Los Eneatipos son nueve tipos de personalidad que se basan en la idea de que cada persona tiene una motivación principal que guía su comportamiento. Estos nueve tipos se representan en un diagrama llamado eneagrama, que es un círculo con nueve puntos conectados por líneas.

Los nueve Eneatipos son:

  1. El Perfeccionista: Son personas responsables, organizadas y con un fuerte sentido del deber. Buscan la perfección en todo lo que hacen.
  2. El Ayudador: Son personas amables, generosas y atentas a las necesidades de los demás. Disfrutan de ayudar a los demás y sentirse útiles.
  3. El Triunfador: Son personas ambiciosas, energéticas y orientadas al éxito. Buscan destacarse en todo lo que hacen y ser reconocidos por sus logros.
  4. El Individualista: Son personas creativas, sensibles y con un fuerte mundo interior. Buscan encontrar su propio camino en la vida y expresar su individualidad.
  5. El Observador: Son personas independientes, analíticas y reservadas. Prefieren observar desde la distancia antes de tomar decisiones.
  6. El Leal: Son personas responsables, confiables y comprometidas. Buscan seguridad y estabilidad en sus vidas.
  7. El Entusiasta: Son personas optimistas, alegres y espontáneas. Disfrutan de la vida y buscan nuevas experiencias.
  8. El Líder: Son personas fuertes, independientes y con una gran capacidad de decisión. Buscan controlar y dirigir a los demás.
  9. El Pacificador: Son personas amables, complacientes y con un gran deseo de armonía. Buscan evitar conflictos y mantener la paz a toda costa.

Al conocer nuestro Eneatipo, podemos comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, y desarrollar nuestras fortalezas. También podemos aprender a identificar nuestras debilidades y a trabajar en superarlas.

Es importante recordar que no hay un tipo de personalidad «mejor» que otro. Cada tipo de personalidad tiene sus propias fortalezas y debilidades. Lo importante es ser conscientes de nuestro propio tipo de personalidad y aprender a utilizarlo de forma positiva.

También es importante tener en cuenta que los tipos de personalidad no son fijos e inmutables. A lo largo de la vida, podemos aprender a desarrollar nuevos aspectos de nuestra personalidad y a cambiar aquellos que no nos gustan.

En resumen

El temperamento se refiere a los aspectos innatos de nuestro ser. Es la base biológica sobre la que se construyen nuestras respuestas emocionales y conductuales. Estas disposiciones naturales son evidentes desde una edad temprana y son en gran parte hereditarias. Por ejemplo, algunos niños nacen naturalmente más propensos a la actividad o la reflexión, la sociabilidad o la reserva.

Aquí tienes la tabla comparativa completa con las diferencias entre temperamento, carácter y personalidad:

TemperamentoCarácterPersonalidad
Innato/AdquiridoInnatoAdquiridoInnato y Adquirido
ConstituciónHeredadaHeredada y hábitos aprendidosHeredada y desarrollada
DimensiónBiológicaBiológica + SocialBiológica + Social + Psicológica
OrigenGenéticoGenético + AprendidoGenético + Aprendido + Experiencial
ModificableNoSí, hasta cierto punto
Susceptible a cambio por los actosNoSí (mediante la educación y contexto social)Sí, a través de experiencias y decisiones
EducableNoParcialmente
ControlableNoParcialmente

El carácter, por otro lado, es esencialmente nuestro conjunto de hábitos morales y éticos. A diferencia del temperamento, el carácter se forma y se moldea a lo largo del tiempo a través de nuestras experiencias, educación y elecciones conscientes. Es un reflejo de los valores y principios que adoptamos y cómo estos se manifiestan en nuestro comportamiento y decisiones cotidianas.

Finalmente, la personalidad es la amalgama dinámica de ambos, temperamento y carácter. Es la expresión única de quiénes somos como individuos. La personalidad incluye no solo cómo reaccionamos instintivamente a nuestro entorno (temperamento) sino también cómo nos moldeamos a nosotros mismos a través de nuestras decisiones y experiencias (carácter). La personalidad es, por tanto, el retrato completo de un individuo, abarcando tanto rasgos innatos como adquiridos.

En resumen, mientras que el temperamento nos proporciona las materias primas de nuestra reacción emocional y comportamiento, el carácter nos brinda el marco ético y moral, y la personalidad es la síntesis única y completa de estos elementos en acción. La interacción entre estos tres componentes forma la esencia de nuestra identidad, influenciando cómo interactuamos con el mundo y cómo el mundo nos percibe a nosotros.

Si bien el temperamento, el carácter y la personalidad están relacionados, son conceptos distintos. El temperamento es la base biológica, el carácter es el resultado de la interacción con el entorno, y la personalidad es la integración de ambos.

Comprender las diferencias entre estos tres conceptos puede ayudarnos a comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, y a mejorar nuestras relaciones interpersonales.